Respiro hondo, noto las mejillas húmedas, me odio, no debería ser tan débil, me hago un ovillo y me apoyo contra un árbol. Me seco las lágrimas, grito, vuelvo a gritar, voy a por una tercera vez, no me sale la voz, me asusto y lo vuelvo a intentar, no hay voz, no hay nada, estoy tan asustada que comienzo a llorar de nuevo y me siento más sola que nunca. Estoy en medio de la nada, estoy atrapada, por siempre con la persona de la que huyo, que soy yo misma, ese ser del que tanto me avergüenzo. Estoy atrapada con mi única enemiga, oyéndola a todas horas. Me voy a volver loca, aunque a veces pienso que ya lo estoy.
